CARTA ABIERTA A ORGANISMOS MULTILATERALES DE CRÉDITO Y CIUDADANÍA BOLIVIANA

CARTA ABIERTA


Bolivia, 6 de marzo de 2024


Señores
Presidentes de la Corporación Andina de Fomento y de organismos multilaterales y bilaterales de financiamiento público y a la ciudadanía boliviana
Presente.-

Asunto: Créditos internacionales y endeudamiento público

Distinguidos señores y ciudadanos:

Los economistas aquí firmantes hemos venido previniendo y lamentando la irresponsable política económica seguida por el Gobierno de Bolivia (GdB) a partir de su modelo económico de “industrialización por sustitución de importaciones”, décadas atrás ya desechado. Ello es ampliamente conocido y reconocido por los más destacados economistas internacionales y las propias instituciones de crédito como el Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo e incluso la Corporación Andina de Fomento.

Sin embargo, los aquí firmantes, un exministro de Hacienda de Bolivia y destacados profesionales en economía, vemos con enorme y creciente preocupación y casi alarma cómo sus instituciones multilaterales e incluso gobiernos continúan ignorando la precaria y crítica situación de la economía nacional, al momento de ofrecer y/o aceptar conceder más y mayores créditos al GdB, cuya economía está inhabilitada para contraer endeudamientos adicionales de manera responsable.

Es de vuestro más amplio conocimiento que, desde 2014, Bolivia está experimentando crecientes déficits fiscales y un sobreendeudamiento externo e interno que sobrepasa ya el 80% del PIB; que el gobierno actual ha contraído en tres años de gobierno más de cuatro mil millones de dólares de crédito externo, y que, continúa solicitando en la actualidad autorización congresal para contraer otros créditos adicionales por más de setecientos millones de dólares, bajo diversos motivos y propósitos. Igualmente es de conocimiento suyo que la calificación crediticia de Bolivia ha sido degradada recientemente a CCC y que los bonos del país se cotizan con un grado de altísimo riesgo.

Nosotros somos los primeros en reconocer las urgentes necesidades de inversión en infraestructura física y programas de alivio humanitario, pero ante la situación sobrelimitada de endeudamiento hacemos un reclamo y solicitud para que los financiadores externos no sigan contribuyendo al ya excesivo e irresponsable nivel de endeudamiento nacional, ahondando la crisis económica y sumiendo al país en un endeudamiento conducente a la insolvencia y no cumplimiento (default) de sus futuras obligaciones crediticias.

Finalmente, tomando las previsiones del caso, ya que el dinero es fungible y el GdB no ha demostrado mayor responsabilidad ni credibilidad en los destinos de los recursos, ni en su utilización, en el caso de proyectos de infraestructura física como carreteras de uso intensivo, proponemos recurrir al financiamiento privado vía BOT (construcción, operación y transferencia, por sus siglas en inglés) otorgando esas obras en concesión, a fin de que el endeudamiento y consecuente riesgo sea de responsabilidad privada, así como su operación eficiente y posterior transferencia de la propiedad al Estado. Estimamos que en 10 o 12 años se puede cubrir el costo de la carretera con un peaje adicional mínimo y diferenciado.

La presente carta abierta a los altos ejecutivos, a quienes está dirigida, debiera ser interpretada como una objeción técnica preventiva sobre el apropiado nivel de endeudamiento y destino de dichos empréstitos y la corresponsabilidad intrínseca de quienes los otorgan. Un próximo gobierno a partir de 2025 pudiera cuestionar la lógica y la responsabilidad vuestra en facilitar mayores recursos a un país víctima de una administración adicta al endeudamiento y a la concesión de contratos que terminan siendo turbios, frecuentemente sobrevaluados, sin licitación pública o concurso transparente y teñidos de corrupción. Ello, además, podría desencadenar, en el corto plazo, una crisis de Balanza de Pagos aún mayor (escasez de dólares), promoviendo una devaluación cambiaria, inflación y por supuesto una rápida pérdida del poder adquisitivo de los salarios que afectaría en última instancia a las familias más pobres.

Atentamente,



Ronald MacLean Abaroa, exministro de Hacienda
Joshua Bellot Sáenz, economista orureño
Jaime Dunn, analista financiero









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